España
MAS VAMPIROS EN LA HABANA
Categoría: Cartoon
Dieciocho años después del éxito de Vampiros en La Habana, su realizador, Juan Padrón, vuelve a reunirlos en una ciudad enmarcada en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
Ya han crecido antiguos personajes que encontraron escenario durante los días de la tiranía machadista y, como corren tiempos de compromisos universales (la lucha frente al fascismo) se involucran en una guerra a muerte contra agentes secretos nazis, mafia norteamericana y cuanta crápula se interese por el nuevo invento surgido en la Isla, el Vampiyaba, mucho más potente que aquel Vampisol que permitía a vampiros del mundo disfrutar de las delicias del aire libre, bajo los roces vitamínicos del astro rey.
Personajes como Hitler, Stalin, Hemingway y el dictador Batista aparecen en esta trama. El primero prepara una gran ofensiva y espías provenientes del Caribe le demuestran la vitalidad que adquirirían sus soldados de consumir el nuevo proyecto que inventa Pepín, el hijo de aquel Pepe de la primera parte, ahora convertido en feliz trompetero y regidor de un cabaré, mitad vampiro, mitad humano, pero feliz en su condición de hombre bueno. Sin pensarlo dos veces, Hilter envía entonces a La Habana un vampirenkommando con la orden de obtener la fórmula a cualquier precio.
Una historieta imaginativa y sustentada en una gama de excelentes voces dando vida a numerosos personajes, pero que al apoyarse en un entorno y figuras ya conocidos no es capaz de mantener los mismos niveles de curiosidad y, de chispeantes ocurrencias de la primera entrega. No se trata de recurrir al consabido "nunca segundas partes fueron buenas" (que no es el caso), pero inevitablemente se imponen dos niveles de lectura en este filme: Para los que conocen la anterior cinta y para los que descorren las cortinas por primera vez. Estos últimos la pasarán mejor gracias al factor "descubrimiento". Pero los viejos conocidos echarán de menos una gracia sostenida y aquellas humoradas criollas que casi siempre daban en el blanco y que ahora, aunque las hay, se tornan a ratos "empujadas" y hasta algo manoseadas.
Dibujo animado no precisamente para niños, aunque estos pueden disfrutarlo, los nuevos vampiros presentan una prometedora primera parte con unos cuantos guiños históricos elaborados con soltura e inteligencia. Pero en el desarrollo de la trama, en Cuba, entre peleas y tiros y más tiros, convive lo trillado con salidas tan buenas como el grupo musical que sinuosamente canta "el Fuhrer tiene la llave".
Ya han crecido antiguos personajes que encontraron escenario durante los días de la tiranía machadista y, como corren tiempos de compromisos universales (la lucha frente al fascismo) se involucran en una guerra a muerte contra agentes secretos nazis, mafia norteamericana y cuanta crápula se interese por el nuevo invento surgido en la Isla, el Vampiyaba, mucho más potente que aquel Vampisol que permitía a vampiros del mundo disfrutar de las delicias del aire libre, bajo los roces vitamínicos del astro rey.
Personajes como Hitler, Stalin, Hemingway y el dictador Batista aparecen en esta trama. El primero prepara una gran ofensiva y espías provenientes del Caribe le demuestran la vitalidad que adquirirían sus soldados de consumir el nuevo proyecto que inventa Pepín, el hijo de aquel Pepe de la primera parte, ahora convertido en feliz trompetero y regidor de un cabaré, mitad vampiro, mitad humano, pero feliz en su condición de hombre bueno. Sin pensarlo dos veces, Hilter envía entonces a La Habana un vampirenkommando con la orden de obtener la fórmula a cualquier precio.