Estados Unidos
BUGS BUNNY
Categoría: Cartoon
Bugs Bunny es quizás el personaje animado más popular de la Warner Brothers y, además, resultó ser un excelente negocio. Este conejo indomable, seductor y algo excéntrico fue la creación de un grupo de dibujantes dirigidos por Chuck Jones en 1936.
El bicho celeste, de pecho blanco y larguísimas orejas, que pretende ser un conejo, salió de la tele e hizo una apropiadísima aparición en la película “Quién engañó a Roger Rabbit”, cuando acompañó en caída libre (desde un edificio) al protagonista humano del film, Bob Hoskins. Mientras se acercan al suelo, Bugs Bunny exclamaba su grito de guerra: “¡Qué hay de nuevo, viejo!”.
Tal vez no hay mejor modo de definir a este personaje que con esta situación y esta frase. Un conejo loco que mientras cae, presa de la ley de gravedad, se da el lujo de hacer chistes.
En realidad, su frase de cabecera en su idioma original es: “What´s up, doc”. (¿Qué pasa, doctor?”), pero los vaivenes de la traducción lo trajeron a la Argentina, desde hace ya décadas y décadas, como: ¿Qué hay de nuevo, viejo?.
Bugs Bunny es casi un estandarte de los dibujos animados, un prócer: quizás el líder de todos ellos. Absurdo, rápido, chistoso y vago, encarna las principales características que, desde entonces, repetirían todos los dibujitos: desde Bart Simpson hasta los zafadísimos Ren y Stempy. El conejo de la suerte es ya un clásico.
Bugs Bunny es continuamente perseguido por Sam, el pistolero; por Elmer, el pelado y alguna vez fue la mascota del tartamudo chancho Porky. Todo el delito de Bugs Bunny consiste en comer zanahorias. Aunque hay quienes suponen que su verdadero peligro reside en la capacidad asombrosa para cambiar de voces, de personalidades y en su habilidad para aniquilar cualquier vestigio de cordura.
Demasiado acelerado para los niños, e infantil para los adultos, Bugs Bunny ha conseguido fanáticos entre todos los públicos.
El bicho celeste, de pecho blanco y larguísimas orejas, que pretende ser un conejo, salió de la tele e hizo una apropiadísima aparición en la película “Quién engañó a Roger Rabbit”, cuando acompañó en caída libre (desde un edificio) al protagonista humano del film, Bob Hoskins. Mientras se acercan al suelo, Bugs Bunny exclamaba su grito de guerra: “¡Qué hay de nuevo, viejo!”.
Tal vez no hay mejor modo de definir a este personaje que con esta situación y esta frase. Un conejo loco que mientras cae, presa de la ley de gravedad, se da el lujo de hacer chistes.
En realidad, su frase de cabecera en su idioma original es: “What´s up, doc”. (¿Qué pasa, doctor?”), pero los vaivenes de la traducción lo trajeron a la Argentina, desde hace ya décadas y décadas, como: ¿Qué hay de nuevo, viejo?.
Bugs Bunny es casi un estandarte de los dibujos animados, un prócer: quizás el líder de todos ellos. Absurdo, rápido, chistoso y vago, encarna las principales características que, desde entonces, repetirían todos los dibujitos: desde Bart Simpson hasta los zafadísimos Ren y Stempy. El conejo de la suerte es ya un clásico.
Bugs Bunny es continuamente perseguido por Sam, el pistolero; por Elmer, el pelado y alguna vez fue la mascota del tartamudo chancho Porky. Todo el delito de Bugs Bunny consiste en comer zanahorias. Aunque hay quienes suponen que su verdadero peligro reside en la capacidad asombrosa para cambiar de voces, de personalidades y en su habilidad para aniquilar cualquier vestigio de cordura.
Demasiado acelerado para los niños, e infantil para los adultos, Bugs Bunny ha conseguido fanáticos entre todos los públicos.